A la mar fui por naranjas
cosa que la mar no tiene,
toda vine mojadita,
de olas que van y vienen …
Federico García Lorca
Desde un océano profundo con pinceladas multicolores surgen moluscos, gasterópodos y bivalvos. Conjuntos de curvas se funden en distintos puntos de fuga. Las corrientes marinas encuentran fuentes y sumideros visuales de los cuales emanan y hacia los que convergen.
Estamos ante auténticos caramelos visuales, golosinas para la vista con una multiplicidad de contenidos. La variedad de colores representa la infinidad de relaciones que podemos encontrar en la ciencia, la naturaleza y nuestro entorno en general. La Universidad Autónoma Metropolitana conforma un microcosmos donde se entrelazan estas relaciones, aunadas a un conocimiento riguroso con vertientes tanto teóricas como experimentales.
Se fortalecen nuestras convicciones ambientales, de cuidar nuestro planeta tanto desde la perspectiva ancestral de la madre tierra así como una visión tecnológicamente avanzada y sustentable.
La imagen pertenece al espacio dinámico, así también nosotros nos transformamos y el ambiente universitario se modifica a lo largo de los años que transitamos como estudiantes. El flujo de las curvas refleja el dinamismo de la juventud y la universidad. Es inevitable llevar la mirada de un punto a otro del cuadro, de una región a otra contigua o a la antípoda.
Todos estamos incluidos en la gama de colores, diversos pero entrelazados, con aspiraciones distintas o comunes, con miras que convergen hacia distintos propósitos. Hay una bilateralidad semejante a nuestras caras, las curvas son similares pero al mirar a detalle no son iguales, existen pequeñas y no tan pequeñas diferencias entre las partes derecha e izquierda.