Diferencia entre revisiones de «Entre las tumbas»

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Hacía tiempo que estaba tomando poco. No como antaño cuando cada fin de semana o cada fiesta, lo que sucediera primero, me ponía unas jarras tremendas.  
Hacía tiempo que estaba tomando poco. No como antaño cuando cada fin de semana o cada fiesta, lo que sucediera primero, me ponía unas jarras tremendas.  


Ahora no, más bien se asemejaba a la época cuando corrí varios medio maratones y el maratón. Allá en la alameda del sur entre todos los del grupo teniamos un entrenador y ahi andábamos todas las mañanas.
Ahora no, mas bien se asemeja a la epoca cuando corrì incontables veces por el ajusco tratando de ponerme en forma para correr medios maratones y maratones. Allà en el parque de los coyotes, ahì enfrente aparecio la secretaria de marina, no se porque pero el parque enpequeñecio, y ahì andàbamos todas las mañanas. De aquella època me quedo el gusto de correr y ahora lo sigo haciendo por lo menos cuatro veces por semana. Ya no vivo por copa si no cerca del cerro de la estrella. Por aca hasta los perros son bravos. hay pocas avenidas arboladas y no hay parques grandes a no ser los llamados parques industriales, de esos si hay grandes y pequeños. Por aca hay que correr entre los coches cuando la acera esta invadida por autos, basura o algùn puesto de comida.


De aquella época me quedó el gusto por correr y ahora lo sigo haciendo por lo menos tres veces por semana. Ya no vivo por coapa sino cerca del cerro de la estrella. Por acá hasta los perros son bravos. Hay pocas avenidas arboladas y no hay parques grandes a no ser los llamados parques industriales, de esos si hay grandes y pequeños. Por acá hay que correr entre los coches cuando la acera está rota o invadida por grava, block o algún puesto de comida.
De la falda del cerro donde vivo al panteon de San Lorenzo hay unas ocho cuadras aunque existe la entrada principal esta la abren a las ocho de la mañana, la opcìon son los boquetes que la gente ha hecho en distintas partes para poder pasar al camposanto, de lo contrario tiene que seguir corriendo entre autos y smog. De verlos cruzar un dìa me animè y con el tiempo he conformado diversa rutas para correr por las mañanas.


De la falda del cerro donde vivo al panteón de San Lorenzo hay unas ocho cuadras aunque de este lado no hay entrada. Sin embargo, la gente ha hecho sus boquetes en distintas partes para poder pasar pues para ciertos recorridos se ahorra mucha distancia cruzando por el camposanto. De verlos cruzar un día me animé y con el tiempo he conformado diversas rutas para correr por las mañanas.  
La que más me gusta es salir por la calle de la casa hasta topar con pared y de ahi las seis cuadras al panteón. Ingresar por uno de los boquetes y de ahi tomar la parte más empinada de subida. Así, habiendo calentado las primeras cuadras pero todavía fresco me puedo aventar la subida a buen ritmo y una vez arriba comenzar el descenso cuando las piernas ya aflojan.


La que más me gusta es salir por la calle de la casa hasta topar con pared y de ahi las seis cuadras al panteón. Ingresar por uno de los boquetes y de ahi tomar la parte más empinada de subida. Así, habiendo calentado las primeras cuadras pero todavía fresco me puedo aventar la subida a buen ritmo y una vez arriba comenzar el desenso cuando las piernas ya aflojan.
De mis recorridos me he dado cuenta que el panteón es una ciudad dentro de otra. Una vez que me sentí mal le hice la parada al microbús del panteón y si como no, me llevó hasta la entrada junto con mucha otra gente que venía en el vehículo. No salen de ahi, de hecho no tienen placas pero pues el panteón tiene sus propios guardianes y la policía ahi no entra.


De mis recorridos me he dado cuenta que el panteón es una ciudad dentro de otra. Una vez que me sentí mal le hice la parada al microbús del panteón y si como no, me llevó hasta la entrada junto con mucha otra gente que venía en el vehículo.
Hace dos semanas salí a correr muy tempranito y apenas comenzaba a clarear cuando pasé por el boquete de la barda. ''quiero añadir''
 
Iba yo subiendo cuando un sonido metálico me llamó la atención, de reojo ví a una mujer bien vestida que en ese momento creí o sentí que estaba acompañada. Me limpié el sudor con la manga de mi sudadera y con el movimiento giré un poco la cabeza. Vi nítidamente a la señora que traía unas llaves en la mano frente a un mausoleo de buenas dimensiones. La sombra recortaba el monumento y proyectaba la figura de una persona que se encontraba a un lado fuera de mi ángulo de visión. Todo fue un vistazo, ese voltear momentáneo para después seguir con mi marcha viendo mas bien hacia enfrente y hacia nada o hacia el suelo cuidando los tramos disparejos para no acabar con un tobillo torcido. Poco antes de alcanzar la cima seguia yo intrigado de lo que había visto, como estaba ya un poco lejos, voltée francamente pero la mujer no estaba alli. Había un hombre que me miraba desde la distancia fijamente con cara de pocos amigos.
 
Cada mañana que hago estos recorridos veo diferente personas junto a los mausoleos, es como cuando uno sale de su casa a recibir los primeros rayos de sol. Gente que se esta vistiendo y espera a que algun familiar de un muerto se acerque a contratar sus servicos, a estos arquitectos del silencio.
 
--[[Usuario:Cmg|Cmg]] 12:43 31 ago 2007 (CDT)
 
[[Category:Otros]]

Revisión actual - 04:53 5 oct 2023

por Carlos García Guerrero, Manuel Valdivia y Manuel Fernández Guasti


Hacía tiempo que estaba tomando poco. No como antaño cuando cada fin de semana o cada fiesta, lo que sucediera primero, me ponía unas jarras tremendas.

Ahora no, mas bien se asemeja a la epoca cuando corrì incontables veces por el ajusco tratando de ponerme en forma para correr medios maratones y maratones. Allà en el parque de los coyotes, ahì enfrente aparecio la secretaria de marina, no se porque pero el parque enpequeñecio, y ahì andàbamos todas las mañanas. De aquella època me quedo el gusto de correr y ahora lo sigo haciendo por lo menos cuatro veces por semana. Ya no vivo por copa si no cerca del cerro de la estrella. Por aca hasta los perros son bravos. hay pocas avenidas arboladas y no hay parques grandes a no ser los llamados parques industriales, de esos si hay grandes y pequeños. Por aca hay que correr entre los coches cuando la acera esta invadida por autos, basura o algùn puesto de comida.

De la falda del cerro donde vivo al panteon de San Lorenzo hay unas ocho cuadras aunque existe la entrada principal esta la abren a las ocho de la mañana, la opcìon son los boquetes que la gente ha hecho en distintas partes para poder pasar al camposanto, de lo contrario tiene que seguir corriendo entre autos y smog. De verlos cruzar un dìa me animè y con el tiempo he conformado diversa rutas para correr por las mañanas.

La que más me gusta es salir por la calle de la casa hasta topar con pared y de ahi las seis cuadras al panteón. Ingresar por uno de los boquetes y de ahi tomar la parte más empinada de subida. Así, habiendo calentado las primeras cuadras pero todavía fresco me puedo aventar la subida a buen ritmo y una vez arriba comenzar el descenso cuando las piernas ya aflojan.

De mis recorridos me he dado cuenta que el panteón es una ciudad dentro de otra. Una vez que me sentí mal le hice la parada al microbús del panteón y si como no, me llevó hasta la entrada junto con mucha otra gente que venía en el vehículo. No salen de ahi, de hecho no tienen placas pero pues el panteón tiene sus propios guardianes y la policía ahi no entra.

Hace dos semanas salí a correr muy tempranito y apenas comenzaba a clarear cuando pasé por el boquete de la barda. quiero añadir

Iba yo subiendo cuando un sonido metálico me llamó la atención, de reojo ví a una mujer bien vestida que en ese momento creí o sentí que estaba acompañada. Me limpié el sudor con la manga de mi sudadera y con el movimiento giré un poco la cabeza. Vi nítidamente a la señora que traía unas llaves en la mano frente a un mausoleo de buenas dimensiones. La sombra recortaba el monumento y proyectaba la figura de una persona que se encontraba a un lado fuera de mi ángulo de visión. Todo fue un vistazo, ese voltear momentáneo para después seguir con mi marcha viendo mas bien hacia enfrente y hacia nada o hacia el suelo cuidando los tramos disparejos para no acabar con un tobillo torcido. Poco antes de alcanzar la cima seguia yo intrigado de lo que había visto, como estaba ya un poco lejos, voltée francamente pero la mujer no estaba alli. Había un hombre que me miraba desde la distancia fijamente con cara de pocos amigos.

Cada mañana que hago estos recorridos veo diferente personas junto a los mausoleos, es como cuando uno sale de su casa a recibir los primeros rayos de sol. Gente que se esta vistiendo y espera a que algun familiar de un muerto se acerque a contratar sus servicos, a estos arquitectos del silencio.

--Cmg 12:43 31 ago 2007 (CDT)