Salam

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GAUGE UNIFICATION OF FUNDAMENTAL FORCES Salam-lecture.pdf

Extracto de la Cátedra Nobel, 8 de diciembre de 1979

ABDUS SALAM, Imperial College of Science and Technology, London, England and International Centre for Theoretical Physics, Trieste, Italy

Traducción por Fanny Gabriela Becerra Hernández: {Ésta traducción puede mejorarse mucho, requiere ser traducida nuevamente. Mfgwi (discusión) 13:01 14 jun 2023 (CDT)}

El pensamiento científico y su creación es el patrimonio compartido de la humanidad. En este aspecto, la historia de la ciencia, así como la historia de toda civilización, ha pasado por ciclos. Tal vez yo pueda ilustrar esto con un ejemplo contemporáneo.

Setecientos sesenta años atrás, un joven escocés, Scotsman, dejó su valle nativo para viajar al sur de Toledo, en España. Su nombre era Michael, su meta era vivir y trabajar en las Universidades Árabes de Toledo y Cordova, donde grandiosos académicos como, Moses Bin Maimoun han enseñado desde una generación anterior.

Michael llegó a Toledo en 1217 d. C. Una vez en Toledo, Michael creó un proyecto ambicioso de introducir a Aristóteles en Europa, traduciendo no desde su original griego, donde él no sabía nada, sino desde la traducción Árabe, después enseñada en España. Desde Toledo, Michael viajó a Sicilia, a la Corte del Emperador Frederick II.

Visitando la escuela de medicina en Salerno, alquilada por Frederick en 1213, Michael conoció al médico Danés, Henrik Harpestraeng - después convertido a la Corte de Medicina del Rey Erik Ploypenning. Henrik tuvo que ir a Salerno a componer su tratado de derramamiento de sangre y cirugía. Los escritos de Henrik eran los cánones de la medicina de los grandes médicos del Islam, Al-Razi y Avicenna, que solamente Michael el escocés podía traducir para él.

Las escuelas de Toledo y Salerno, representadas como las más correctas síntesis del árabe, griego, latín y hebreo, eran algunos de los más memorables ensayos internacionales en colaboración científica. A Toledo y Salerno llegaban académicos, no sólo de los países ricos del este y del sur, como Siria, Egipto, Irán y Afganistán, sino también de lugares desarrollados del este y del norte como Suecia y Escandinava. Después, como ahora, había obstáculos para esta competencia científica internacional, con la disparidad económica e intelectual entre las diferentes partes del mundo. Hombres como Michael o Henrik Harpestraeng eran singulares. Ellos no representaron ninguna próspera escuela en investigación de sus propios países. Con las mejores intenciones en el mundo, sus maestros de Toledo y Salerno dudaron de su sabiduría y del valor de formarlos en investigaciones científicas avanzadas. Al final, uno de sus maestros aconsejó al joven Michael que regresara al trasquilado de ovejas y al tejido de ropa de lana.

Lo que respecta a esta etapa de disparidad científica, tal vez yo pueda ser más cuantitativo. George Sarton, en este monumental escrito de cinco volúmenes de la Historia de ciencia, decidió dividir la historia según logros de científicos entre eras, y cada era con una duración de medio siglo. Con cada mitad de siglo él asoció un personaje central. De este modo: Entre 450 y 400 a. C, Sarton lo llamó la Era de Platón; esto es proseguido por medio siglo de Aristóteles, Euclides; de Arquímedes en adelante. De 600 a 650 d. C., es la mitad de siglo Chino de Hasiian Tsang. De 650 a 700 d C.de I-Ching De 750 a 1100 d. C – 350 años contínuos - es la sucesión intacta de la Era de Jabir, Khwarizmi, Razi, Masudi, Wafa, Biruni y Avicenna; y después Omar Khayam – árabes, turcos, afganas y persas – hombres pertenecientes a la cultura islamita. Después de 1100 d. C. aparecen los primeros nombres occidentales; Gerard de Cremona, Roger Bacon – pero los honores todavía se comparten con los nombres de Ibn-Rushd (Averroes), Moses Bin Maimoun, Tusi y Ibn-Nafi-the, hombres que anticiparon la teoría de Harvey de la circulación de la sangre.

Sarton no tenía todavía la cronología de la historia de la creatividad científica entre los prehispánicos, Mayas y Aztecas, con su invención del cero, de sus calendarios de la luna y Venus, y de sus diversos descubrimientos farmacológicos, incluida la quinina, pero fuera de la historia es lo mismo – una indudable superioridad de sus contemporáneos occidentales.

Después de 1350, no obstante, el desarrollo mundial sale perdiendo, excepto por la ocasional destello del trabajo científico, como el de Ulugh Beg – el nieto de Timurlane, en Samarkanda en 1400 d. C., o por Maharaja Jai Singh de Jaipur en 1730 – quien corrigió los severos errores de las entonces tabletas occidentales sobre los eclipses del Sol y la Luna por mucho de 6 minutos de arco. Como si eso fuera poco, las técnicas de Jai Singh fueron sobrepasadas poco después por el descubrimiento del telescopio en Europa. Como un contemporáneo cronólogo, escribo “Con él en su pira funeraria, expiró también toda la ciencia del este” y eso nos trae al siglo cuando el escocés Michael invierte el ciclo, y esto es lo que somos en el desarrollo mundial, somos quienes voltean hacia el oeste en busca de ciencia. Mientras Al-Kindi escribió 1100 años atrás: “Es adecuado entonces, para nosotros, no estar avergonzados en reconocerlo y asimilarlo desde cualquier fuente que venga a nosotros. Para él, quien escaló hacia la verdad no hay valor más alto que la verdad por sí misma, eso nunca lo abaratará ni humillará”.

Damas y caballeros, este es el espíritu de Al-Kindi con quien yo empecé mi lectura con una sincera expresión de gratitud hacia sus modernos equivalentes de la Universidad de Toledo y Córdova, que yo he sido privilegiado para ser asociado con – Cambridge, Imperial College y el Centro Internacional de Física Teórica de Trieste.


I. FUNDAMENTAL PARTICLES, FUNDAMENTAL FORCES AND GAUGE UNIFICATION

Las conferencias Nobel, este año, tratan de un conjunto de ideas concernientes a la gran unificación de la fuerza electromagnética con la fuerza nuclear débil. Estas conferencias coinciden aproximadamente con el centésimo aniversario de la muerte de Maxwell, quien maduró la primera unificación de fuerzas (eléctrica y magnética) y con quien las grandes teorías surgieron. Esto coincide también muy próximamente con el centésimo aniversario del nacimiento de Einstein – el hombre que nos dio la visión de una última unificación de todas las fuerzas.

Las ideas de hoy empezaron hace más de 20 años atrás como destellos para los varios ojos teóricos. Ellos han sido traídos para predecir la madurez una década atrás, y ellos empezaron a recibir confirmaciones experimentales hace seis años.

Además, en algunos sentidos, nuestra historia tiene un gran trasfondo en el pasado. En esta lectura deseo examinar algunos de los destellos teóricos contemporáneos y contestar la pregunta de si estas pueden ser las ideas que procuren la madurez desde hace veinte años atrás hasta hoy.

Desde tiempos inmemorables, el hombre ha deseado comprender la complejidad de la naturaleza en términos de tan pocos conceptos elementales como sea posible. Entre sus cuestiones (en las palabras de Feynman) ha sido la única por la que “las ruedas dentro de las ruedas” la tarea de la filosofía natural ha sido descubrir la más profunda rueda, si esta existe. La segunda cuestión concierne, por sí misma, a las fuerzas fundamentales que hacen girar a las ruedas y son capturadas con otra más. La grandeza de las grandes ideas (de los grandes campos teóricos) es, que ellos reducen estas dos cuestiones en tan sólo una; partículas elementales (descritas por los campos relativistas cuánticos) son representaciones de ciertas cargas funcionales, correspondiendo a las masas gravitacionales, espines, sabor, color, carga eléctrica y sus símiles, siempre y cuando, las fuerzas fundamentales sean las fuerzas de atracción o repulsión entre estas mismas cargas. La tercera pregunta busca una unificación entre las cargas (así como de sus fuerzas) por medio de la búsqueda de una única entidad, de quien las variadas cargas son componentes, en el sentido de que ellas pueden ser transformadas una en la otra.

Pero, ¿son todas las fuerzas fundamentales grandes fuerzas?, ¿pueden ellas ser bien entendidas, pero únicamente en términos de cargas y sus corrientes correspondientes?, y si sí lo son, ¿cuántas cargas?, ¿de qué entidad unificada son componentes dichas cargas?, ¿cuál es la naturaleza de las cargas? Así como Einstein comprendió la naturaleza de la carga gravitacional en términos de la curvatura del espacio-tiempo, ¿podemos nosotros entender la naturaleza de las otras cargas; la naturaleza de la entidad unificada establecida, a modo de postulado, en términos de algo equitativamente profundo? Esta brevedad es el sueño, tan reforzado por la verificación de las grandes predicciones teóricas. Pero antes de que examine las nuevas ideas teóricas en ofrecimiento al porvenir en este contexto particular, me gustaría que fueran indulgentes, al nivel de un simple hombre, puramente subjetivo, perspectivo por respeto a los desarrollos de los últimos 30 años en sí mismos. El punto que deseo enfatizar durante este apartado de mi ponencia que ha sido bien hecha por G. P. Thomson en su conferencia Nobel de 1937; dijo “…La diosa del aprendizaje está encantada de haber florecido de la cabeza de Zeus, pero esto es raramente lo que nace en una concepción científica ya en su forma final, o posee una única causa. Más frecuentemente es éste el producto de una serie de mentes, cada una en un progresivo cambio de ideas de todos los que vinieron antes, y proveyendo material para todos los que vendrán después”


--mfg-wiki (discusión) 18:53 5 feb 2013 (CST)