Memoria

De luz-wiki

Hay individuos en la región maya que llevan la cuenta del tiempo, de su tiempo debiera decir, del tiempo maya, del calendario civil y el calendario sagrado. Prestan un servicio muy importante a su comunidad.

También me han hablado de los hombres o mujeres 'rayo' en la region chol de Tabasco, ...

Antier, 20 de diciembre del 2015, leí una carta en el correo ilustrado de la jornada firmada por Manuel Valdivia Núñez convocando a una jornada por Acteal con un amplio grupo de organizaciones, algunas de las cuales llevan en el nombre su agravio, sobrevivientes de Acteal, Pedregales por Ayotzinapa, Por los 43. También aparece, en minúsculas y un poco tímidamente como firmante, la señora 'sociedad civil'. Da gusto saber que por allí ande esa señora, aunque por momentos se le mire atónita y sofocada.

Hace 18 años, como nos recuerda la misiva, un 22 de diciembre, sucedió la terrible masacre de Acteal.

Y aún no hay justicia, y aún, no hay olvido.

Jornada por Acteal 22/12/2015, Ciudad de México.

No hay justicia porque el poder no se va a disparar en un pie y tampoco escupirá hacia arriba.

No hay olvido porque hay hombres y mujeres memoria en nuestra sociedad.

Y es ésta última frase la que me impulsa a escribir éstas líneas. Así como en la cultura maya están los contadores de tiempo, así tenemos nosotros los guardadores de nuestra memoria. Bien podría pensarse que eso son las efemérides y si, en efecto, en las efemérides plasmamos eventos importantes (o que algunos creen importantes) de nuestro pasado colectivo. El 22 de diciembre de 1815 fue fusilado Morelos en San Cristóbal Ecatepec, México; en 1885 un samurái se convirtió en primer ministro de Japón; o cierto equipo ganó en tal año un partido de futbol. Pero esos acontecimientos plasmados en frases breves son solo tinta sobre el papel o signos luminosos sobre una pantalla de dispositivos electrónicos. Hay algo más profundo cuando se trata de guardar la memoria colectiva. Hay un vínculo y un quehacer colectivo.

Si, Manuel Valdivia, Rogelio Rueda, Martha Durán de Huerta, así como otras y otros compañeros, son hombres y mujer memoria. Desde los traumáticos acontecimientos de Acteal no han cejado en mantener un surco por donde fluya el agua de la memoria. Acteal no solo dejó muertos sino también heridos, heridos de bala y golpes de culata que han requerido mucha atención y que solo han recibido la que solidariamente se les ha podido brindar. Heridos de muerte por tanta muerte que vieron regada a su alrededor. Los hombres memoria también han tenido que actuar como hombres curandero.

Los hombres memoria requieren de una constancia que no permite intermitencias, tienen que estar siempre ahí, para que cuando las señoras sociedades civiles volteen hacia allá, puedan entonces mirar los acontecimientos que enarbolan. De no ser así, los ojos de la sociedad pasarán su vista de largo y quien sabe cuando volverán a posar sus ojos en aquella dirección. Es sin duda, una labor ingrata, pues pueden pasar horas, días, semanas, meses o inclusive años sin que los forasteros se acerquen al riachuelo de la memoria, de esa memoria.

La memoria no sólo es recordar, no sólo es evocar, no sólo es recrear. La memoria como los muertos, requieren que las cuentas sean saldadas. Como pues pueden descansar los muertos en nuestra memoria si no se hace justicia. El antídoto para que los acontecimientos terribles no se repitan es que no haya impunidad. Ay! que largo se mira el surco de los últimos 18 años, y que largo se vislumbra lo que falta por arar para que Acteal no quede impune.

--mfg-wiki (discusión) 22:44 9 ene 2016 (CST)